Desde el centro, para adentro.
“El amor es tan importante como
la comida, pero no alimenta” GGM
Bien dicho por Gabo, queremos comenzar esta serie de viajes por
nuestra hermosa ciudad a través de la comida, demostrar el amor que le tenemos
vía corazones contentos y barrigas llenas. Como una buena arepa rellena, lo
mejor está en el centro, y nuestra travesía comienza por aquí, la Carrera 9, testigo
de grandes acontecimientos y hoy una fuente excelente de artículos de
iluminación, bombillos, avisos de neon, bolas de disco, todo lo necesario para
“engallar” cualquier rematadero de rumba clandestina, ahí quieta, intacta como
desde 1939 en el número 21-71 , se encuentra la salsamentaria “El Bohemio”, en
su casona tradicional con un patio interior que nada tendría que envidiarle a
la casa de la Marquesa en la novela del prime time.
La oferta es clara y directa, las mejores salchichas de la ciudad, pequeñas, de color y aspecto misterioso, pero como una caja de pandora, la sorpresa está en dejarse llevar por la curiosidad y probar este manjar , muy bien condimentadas, con su salsa típica “Atavaska” (servida convenientemente por botellas rojas en cada mesa) y un pan francés, delicioso, fresco, y recién hecho en la parte de atrás del restaurante, maridar con una Aguila helada y pedir una segunda media porción de 6 salchichas.
Adicional tienen sanduches de mil variedades, pero si es su primera vez, no deje el lugar sin llenarse el gaznate de las salchichas y la atavaska, un excelente plan por 10 mil pesos. En la salida tienen todos sus productos para llevar y así tratar de emular en casa esta exquisitez de dioses terrenales.
Salir inmediatamente a darse una vuelta por la séptima hacia el sur,
llevar monedas para agradecer a los artistas callejeros, saludar a Michael
Jackson, Carlos Vives y lo que aparenta ser un comediante metido en un coche de
bebé, bajar por la antigua calle 13 (hoy calle 12b)
y ubicarse en el 7-94 , no menos famoso que los
reggeatoneros de Calle 13, en la cigarrería “gran 13” se atreve-ve-ve-ven a
hacer unos de los sanduches más frescos, ricos y bien condimentados de la
ciudad, un subway a la bogotana, con mas de 8 tipos de carne, 2 tipos de pan y
oferta de cervezas internacionales, calientes o fríos estos emparedados lo
dejarán listo para seguir la travesía hacía el plato fuerte (más comida?, si
más!)
Tomar nuevamente la séptima, cada vez más hacia el centro, pasar el
eje ambiental, una foto que nunca queda mal, y dejarse maravillar por la nueva
séptima peatonal, un museo a cielo abierto con adoquines traslucidos que dejan
ver los antiguos rieles del Tranvía
-aquí hago una mención especial para la gente de http://tranviabogota.com , quienes están
promoviendo recorridos culturales e históricos por la Candelaria, paseo
imperdible y muy recomendado para hacerlo de noche, con un buen canelazo y
compañía, plan inigualable- ya llegando a la Plaza de Bolívar sabemos que
estamos en buen rumbo cada vez más hacia el centro, porque el centro no se
acaba en la 12, hay todo un centro poco recorrido por turistas y nativos, y
nuestra Arca de la Alianza se encuentra en la calle 2.
En la calle sexta, se encuentra el archivo general de la nación, una
de tantas obras de Salmona que engalanan nuestra ciudad, como mandan los
cánones, toda en ladrillo. Seguir por la séptima y conocer el archivo
distrital, que con muchas exposiciones itinerantes se convierte en un destino
genial para conocer nuestro pasado como ciudad y por qué somos como somos.
Llegados a la calle 3 basta con levantar la cabeza para saber que las
3 cruces que vemos nos dan la bienvenida a Las Cruces, barrio tradicional y
cuna del mejor hip hop de Colombia, bastante tienen que aprender los muchachos
del “rap consciencia” que saltan de articulado en articulado, de las
agrupaciones surgidas de estas calles, el parque es mucho más bonito y mucho
menos peligroso que como lo describe el ojo de la noche de Caracol, bastante
más apacible que los titulares del
Q´Hubo y aquí en la esquina de la calle segunda con carrera séptima
encontramos el santo grial: “Asadero y Restaurante ROQUE”.
Bogotá es una ciudad de asaderos de pollo, panaderías y
peluquerías, barrio bogotano que se
respete tiene estas 3 en no menos de 4 cuadras de diferencia, asi las cosas,
determinar por qué ROQUE es el mejor asadero de pollos de la ciudad no fue una
tarea fácil, pero para un consumidor habitual de aves asadas por 32 años, se
los puedo garantizar, en sabor, tamaño, precio y gusto, tenemos un claro
ganador.
Esta gente no asa pollos, ¡asa avestruces! , son gigantes, con medio
pollo comen 2 o 3, adobados únicamente con ajo, acompañados de papas fritas
caseras (grandotas, crocantes) y arroz, no decepciona en ninguna presa y para
salirse del circuito tradicional de esos pollitos (que parecen perdices) de
cadena, no tienen guantes, el sabor es para aprovechar a mano pelada y dedo
chupado, a un precio justo y con una jarra de refajo, por 25 mil pesos come una
familia de 5, o 3 tractomuleros hambrientos, la recomendación personal es
llegar con hambre y pedir la bandeja perso nal con arroz y ensalada.
Cebados, cansados y contentos, llegamos a casa con la satisfacción del
deber, el beber y el comer cumplido, soñando en una nueva aventura por la
Atenas Suramericana (antes del socialismo griego, claro está) que nos haga divertirnos tanto
como esta y porque no?, contagiarlo a usted, lector famélico de aventura y
gastronomía local .